martes, 31 de julio de 2012

La distancia la hacen las personas.


Y aquí estamos, tras 366 días, 8784 horas...etc, lo típico que se dice. Pero aquí lo importante es, ¿qué ha pasado durante todo este año?
No creo que pudiese expresarse nunca un sentimiento tan grande, así que voy a contaros mas o menos cómo es esta historia; este principio de algo eterno.
Esta relación nunca fue la típica, ciertamente. Desde el principio todo fueron obstáculos. 5 años de diferencia, 600 km, problemas con personas...; eso fue solo el principio de una dura relación. Pero qué razón tenía Nietzsche cuando dijo eso de: Lo que no te mata te hace más fuerte.
Todo empezó un 1 de Agosto de 2011. ¿Por qué un 1 de Agosto? Fue el día en el que desde que abrí los ojos empecé a pensar en ella. Desde ese día no ha salido de mis pensamientos ni un solo segundo y, os puedo asegurar que han sido muchos. Fue solo un día después de conocernos. ¿Queréis pensar que estoy loco? Ese día, solo un dí después, me di cuenta de que ella formaría parte de mi vida para siempre, de que la quería (aun teniendo 5 años menos) y de que no la quería dejar escapar.
Todo el mundo me/nos tomaba por loco(s). Nadie le veía futuro a una relación sin ninguna base, sin la misma edad. Algunos me tacharon de inmaduro, de que iba a lo que iba, o simplemente de que creían que yo "tenía criterio". Yo les dije que el tiempo es sabio, y que lo dejasen correr.
Entre críticas y obstáculos empezó a fraguarse esta relación, no por ello sin ilusión. Todo lo contrario, nosotros nos crecimos ante las adversidades y desde el minuto 0 no dejamos de hablar, de preocuparnos por el otro y de soñar aun con la distancia física que había entre nosotros. Siempre he creído que la distancia no la hacen los kilómetros, sino las personas y, creedme, es una de las frases más ciertas que podréis oír nunca.
El 5 de Septiembre, solo un mes después, comenzó a hacerse realidad lo que llevábamos soñando despiertos muchos días; ella y yo nos vimos por primera vez. Y en ese mes todo había cambiado; no pensaba en ella, sino que ella era mis pensamientos; no la quería, la amaba; Uno de las primeras semanas de conocernos le dije que cambiaría mi vida por ella. Más adelante veréis que uno siempre cumple sus promesas.
Desde septiembre, sobre todo, he sido el chico más feliz de este planeta. He de decir que no ha sido fácil. Ha habido momentos de flaqueo, meses muy duros, personas y circunstancias que han querido derribar el muro que protegía nuestro amor; pero nosotros nos hemos encargado de seguir poniendo ladrillos y mallas de titanio. No ha habido un solo día que haya dudado sobre si la quería o no. Es más, cada día que ha pasado he estado más seguro de que quería que ella fuese la persona con la que quiero compartir mi vida.
Cuando te enamoras te das cuenta de que no importa absolutamente nada. Oidme bien; NADA. Ni la edad, ni la situación económica, ni los kilómetros, ni los gustos.. Me gustaría que esta lección llegase a todo aquello que, desgraciadamente, dijeron que por culpa de eso no llegaríamos a nada, ni a dos meses. Sinceramente solo les diré que cuando se enamoren, me entenderán.
Un año después, aquí estamos; más fuertes que nunca. En dos meses me iré de Sevilla para estar más cerca de ella, empezando a cumplir la promesa que le hice al principio, y eso solo será el principio de todo lo que sería capaz de hacer por ella.
Un año después han callado muchas bocas, hemos demostrado que somos dos luchadores y que con esfuerzo todo puede conseguirse.
Me has enseñado que Madrid brilla mejor con tu sonrisa, que se respira mejor de tu mano, que todo pequeño lugar es especial contigo y me has dejado unos recuerdos increíbles. Pero sigues siendo TÚ mi rincón favorito de Madrid.
Pero bueno, yo solo escribía esto para dar las gracias. Para empezar a ti, Andrea Romero Gómez, por enseñarme a ser mejor persona. Gracias por enseñarme a querer, a que se puede amar, a que yo, como muchos, también sé cuidar a alguien. Gracias por enseñarme que la dulzura puede curar los mayores estragos y los peores días. Gracias, sobre todo, por cuidarme en los malos momentos, y hacerme sonreír. Gracias por tener esa paciencia que solo tú tienes cuando todo iba mal y, por ser la protagonista de los recuerdos y momentos más preciosos de mi vida.
Otra de las personas que sin ella, esto no habría sido posible. Miguel; eres el mejor amigo que se puede tener. Sabes que si no me hubieses animado esa noche, quizás Andrea y yo no nos hubiésemos conocido. Solo por eso te debo mi amistad y cariño incondicional. Pero no solo con eso, te has querido convertir en mi mejor amigo, con tu apoyo, escuchándome, aconsejándome y estando ahí siempre en todo momento. Te quiero.
Gracias también, en contraposición a los que no creían en nosotros, a los que siempre han creído en lo nuestro, nos han apoyado y nos han dado sus muestras de admiración y afecto. No habéis sido pocos y no voy a dar nombres, pero los que habéis sido, lo sabéis. Muchísimas gracias. Habéis sido también de gran ayuda y nos hace muchísima ilusión.
We can truly say, together we're invincible. ♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario