martes, 16 de julio de 2013

My rain and fire. My sun and stars.


Las farolas de esa calle de la que nunca me aprendí el nombre, iluminaban tu cuerpo esa fría noche de octubre. Me tumbaste en la cama, medio dormida, pero como cada noche me desperté. Esa noche no quería que te quedases despierto hasta verme dormir, así que opté por fingir que me había dormido. Te vi sentarte en aquella silla, coger aquella foto y mirarla con esa expresión tan confusa. No sabría decir si eras feliz o querías echarte a llorar. Nunca llorabas delante de mi. Te observé por espacio de diez minutos, pensando en la suerte que tenía de haberte encontrado a ti, en una ciudad con tres millones de personas. ¿Pensarías tu eso de mi? Pareció que me oías pensar, pues te giraste y me miraste sonriendo. Cerré los ojos rápidamente. Te tumbaste a mi lado y me acercaste a tu cuerpo, teniéndome perfectamente acurrucada en tu pecho, siendo una prolongación de tu costado. Comenzaste a acariciarme el pelo, la nariz, los pómulos.. Y al paso de tus dedos con mis labios susurraste "Mi sol y mis estrellas..." Mi corazón dio un vuelco. Sabía que me querías, pero no eras precisamente cariñoso conmigo. Me apretaste contra ti y así te quedaste dormido. 

Por la mañana no sabías por qué sonreía. Me mirabas de reojo en la cocina, hacerlo todo con una felicidad poco propia de mi estando recién levantada. ¿Qué te pasa? Me preguntaste. Me acerqué a ti, me puse de puntillas, me agarré a tu cuello y te susurré "Mi lluvia y mi fuego" 


martes, 19 de febrero de 2013

Nada mas llegar supe que quería irme.



El otoño ya acababa dando paso al invierno. Pensé que quizás ya era de retomarlo todo, de volver a donde pertenecía, a arreglar todo lo que dejé a medias en mi huida. La euforia que ardía dentro de mi era increíble, no pensé que regresar me pudiese hacer sentir tan viva.
Nada mas llegar recordé por qué me había marchado. Nunca olvidaré la lección que aprendí... Cuando dejas algo lo dejas para siempre, no por un tiempo.
No me dolió tanto darme cuenta de que las cosas no habían cambiado en absoluto como darme cuenta de que yo tampoco había cambiado.
Antes de regresa pensé que sería capaz de enfrentarme a todo, a los malos recuerdo y por lo contrario, a los buenos... Me equivoqué. Los malos recuerdos me dejaban débil ante mi peor enemigo, mi cerebro, quien mejor ha sabido manipularme siempre, quien clavaba banderilla y los buenos aprovechaban para recordarme todo lo bueno que dejé marchar y que nunca volverá y ahí era donde mi cerebro asestaba la puñalada mortal y me dejaba indefensa ante cualquier ataque. Con ataque me refiero a...
Volver a verte. A verme reflejada en tus ojos... Me volvió a dejar caer en tus brazos. No hay mas dulce amargura que la de tus labios amenazando con dejarme en coma emocional de nuevo. Volví... Y nada más volver supe que ya me tenía que ir.

miércoles, 31 de octubre de 2012

¡Yo soy yo y mis impulsos!

¿Cuántas veces se ha oído que ser impulsivo es una cualidad poco querida? Yo creo que deberíamos admirar más a la gente impulsiva. Los impulsos no se tienen que controlar, porque si ocurren, si tienen un lugar en nuestra vida, comportamiento, sentimientos.., es por algo. 

"Quizás algún día sea impulsiva y me marche de vacaciones sola a un país que no conozca. Y no pondré como escusa que quiero conocerme a mi misma, que necesito desconectar o que no tenía acompañante. Si me preguntan diré que tuve el impulso de hacerlo y lo hice. Lo hice porque me dio la gana. Porque los impulsos y las corazonadas, al igual que muchas otras cosas que siempre ignoramos, están para seguirlas.

Quizás un día me levante de mi cama y me de cuenta de que estoy cansada de mi vida. Y MUY posiblemente cogeré mi móvil y llamaré a esa persona que nunca me he atrevido y la diré que estoy hasta donde no se puede imaginar de su forma de ser, de sus estupideces. Y también llamaré a esa otra persona y la diré todo lo que en su momento no me atreví. ¡Voy a seguir mis impulsos!

Siempre habrá tiempo de arrepentirse, de mirar con recelo ese vestido carísimo, a la par que hortera, que nos compramos en un impulso.  Y de echar de menos a gente que desaparecerá de mi vida, en mis impulsos.

¡Yo soy yo y mis impulsos! ¡Yo y mi odio hacia la persona a la que mas quiero y el amor hacia la persona que mas odio! ¡Yo cambiando de opinión según lleguen mis impulsos

Porque, seamos sinceros y veamos todo esto desde la siguiente perspectiva; La vida se nos hace muy dura día a día desde que empezamos a tener responsabilidades como para, encima, también tener que ser siempre personas serias, controlando lo que queremos hacer, nuestros sentimientos o las ganas de escupir la asquerosa paella de nuestra suegra en la cara de su gato. 

En resumen... Nosotros somos nosotros y nuestros impulsos son esas cosas que, con unas ganas locas, queremos hacer pero por ser cautos no hacemos. Y en mi opinión, los impulsos desaparecerán y la seriedad total llegará el día de nuestra muerte. Hasta entonces... ¡Yo soy yo y mis impulsos!

martes, 23 de octubre de 2012

Third

Me quedo callada y bastante quieta. Hay recuerdos que nunca deberían volver, y son justo esos, los que siempre vuelven. Así que él también se acuerda. No sé si sentirme alagada o por el contrario, ofendida. 
-No sé a qué has venido realmente y conociéndote no me lo vas a decir. Pero si has venido a hacerme daño me ofrezco educadamente a mostrarte la salida e incluso a pagarte un vuelo de vuelta a casa. 
-No he venido a hacerte daño. 
-¿Entonces?
-He venido a conquistarte. O a reconquistarte, como sea.
-Lárgate.- Intento contener las lágrimas, pero cuando la voz sale... Todo viene detrás. 
-No, no me pienso ir.
-Sal de mi casa ahora mismo.
-No me iré hasta que no me digas por qué me odias.
-No te odio. Ahora, vete.
¿Qué hace?¿A qué juega? Se está acercando hacia mi con una mano tendida, buscando mi cintura para agarrarme. 
-Ni te atrevas a tocarme.
-¿O qué?
-O empezará la guerra.
Eso le debe parecer divertido, porque me toca. Me agarra y me retiro.
-Me mudé para no volver a verte la cara, no para que me siguieses y te metieses a vivir en mi casa chantajeandome. ¿Piensas "recuperarme" obligándome a convivir contigo y amenazándome con arruinarme la vida? Tienes un concepto muy extraño de lo que es "querer" a alguien.
-De acuerdo, no viviré contigo. Encontraré un piso aquí, cerca de ti y haré todo  lo posible para que vuelvas a quererme.
-¿Debería recordarte que los milagros no existen?
-Nada es imposible.
-Y yo soy Nada así que soy imposible.
Se va y cierra tras de sí la puerta.

jueves, 18 de octubre de 2012

Second


Han pasado cinco años desde la última vez que le vi. Y desgraciadamente muchos más que desde le conocí. Aunque cabe reconocer que los dos últimos años que tuve que convivir con él, fueron los peores. Insoportables, incluso. Fue todo tan extraño…
Sigue ahí, mirándome. Y yo, espero ansiosa a que diga algo que haga estallar la guerra, pero mientras ocurre y no, mordisqueo una zanahoria que será lo máximo que coma hoy.
-He venido hasta aquí porque te echaba de menos.
-Sí, ya, muy bonito, pero no cuela. ¿Cómo me has encontrado y qué quieres en realidad?
-¿Acaso es importante el cómo, el cuándo o el dónde?- Se me acerca con aires de galán. De galán con colonia barata, a decir verdad. Que pufo está soltando.
-Pues sí, lo es. Al igual que es importante que te duches y dejes de usar colonia del top manta.- Me retiro de él, me acerco a una estantería y finjo hacer algo.- Por cierto. Una duda. ¿Por qué traes una maleta?
-Ah, sí. Se me olvidaba. Vengo a pasar una temporadita aquí contigo.
PUM. Ha explotado la guerra, pero reservo el diccionario de hojas infinitas que tengo en la mano para lanzárselo en la próxima perlita que suelte.
-No. Aquí no te vas a quedar.
- Tú verás. O me dejas quedarme o aviso de dónde estás.
Tengo que reconocer que en un principio me ha impactado. Pero no tengo nada que temer, ya soy mayor de edad, puedo estar donde quiera.
-Haz lo que te dé la gana, pero sal de mi casa.
-¿Te gustaría que tus conocidos se enterasen de todas esas cosas que tratas de ocultar a todas costa? Sería muy sencillo.
Capullo asqueroso. Ha tocado donde no debía. Sabe que ahora soy alguien, que tengo reputación, una vida tranquila y casi perfecta, limpia, un trabajo de ensueño… Dejo de hurgar en la estantería, me quedo parada alrededor de treinta segundos, jugueteo un poco más con la librería y de repente… Me giro bruscamente y le lanzo con toda mi fuerza el diccionario que estaba reservando. Previendo mi reacción, ha sabido agacharse justo a tiempo. La rabia me domina en ese preciso instante.
-¡Ruin, asqueroso, malnacido, chantajista, cerdo cabrón!
-Entonces... ¿Qué? ¿Me aceptas en tu casa o hablo con Dawson y Kelly?
Sabe más de mi vida de lo que creía. Me sereno un poco e intento pensar una estrategia rápida, pero estoy bloqueada.
-Eres una pesadilla. Desde que entraste en mi vida no has hecho otra cosa que no sea amargarme cada día. Maldigo mil veces el día en que te conocí.
-Es normal que los hermanos se lleven mal.
-Te lo repito por última vez. No soy tu hermana. Además, nuestra relación ya era oscura antes de que tu madre y Roberto se conociesen.
-Vaya, veo que aún te acuerdas.
Cómo olvidarlo, pienso para mi… ¿Cómo?...

miércoles, 17 de octubre de 2012

First.


-¡Ariadna!
Oigo ese grito, pero sigo andando. ¿Cómo diablos ha conseguido encontrarme? Estoy en plena 5ª Avenida. Nueva York, Estados Unidos. No consigo explicarme qué hace aquí, persiguiéndome.
-Ariadna, para... No voy a hacerte daño.
Sigo haciendo caso omiso a sus palabras. Ya le conozco y me sé su repertorio entero de mentiras. Además, hace mucho que no me llamo Ariadna. Al conseguir la nacionalidad americana me cambié el nombre.
-¡Tara!
Y entonces sí me paro. Me quedo quieta mientras pasan por mis lados Neoyorkinos ansiosos por llegar a sus trabajos o a reuniones, con trajes caros y comidas que valen su peso en oro. Me ha llamado por mi nombre actual. Pero… ¿Cómo? Me doy la vuelta.
-¿Qué quieres?-Digo con un tono más borde, incluso, de lo que pretendía que fuese.
-Hablar contigo. Sigues desaparecida. Hay orden de búsqueda contra ti.
Miro a los lados, temiendo que alguien nos oiga.
-Éste no es un buen lugar para hablar de eso. Ni tampoco creo que sea bueno que nos vean juntos por la calle. Mis conocidos y amigos transitan mucho esta calle. Dirígete dos manzanas hacia el sur. En el farolillo de al lado de la puerta hay una llave, úsala y espérame dentro.
Me giro, y sigo mi camino. Mientras ando, me pregunto a qué habrá venido. Qué coño querrá ahora. No estoy segura de si le tengo desagrado o miedo. Durante todo el camino sigo pensando en las infinitas posibilidades de la visita de Nacho.
Llego, rebusco en mi bolso, y como siempre, las llaves están al fondo. Abro la puerta, suelto el bolso, cierro con un portazo y me dirijo al salón, donde lo veo sentado en mi estupendo sofá de 1.500 dólares. A su lado hay una maleta… “Joder, qué mal rollo..” pienso mientras mi estómago ruje con ferocidad.
-Veo que has sabido llegar bien. Tengo que comer algo, ven a la cocina y me vas diciendo que mierdas pintas en mi casa.
-Vaya, hermanita… Pensaba que me querías un poco más.
-No soy tu hermana. –Le digo antes de que consiga formular una frase más. Su cara seria ahora tiene una sonrisa vacilona.
-Legal y técnicamente, sí lo eres.
-El hecho de que Roberto se casase con tu madre no nos convierte en nada.
-¿Nunca aceptarás a Robert como tu padre?
-No. Porque no lo es. Yo no tengo padres. No intentes hacerme creer que tú eres mi hermano, que Cristina es mi madre y que Roberto es mi padre, porque no aguanto las mentiras. 

martes, 31 de julio de 2012

La distancia la hacen las personas.


Y aquí estamos, tras 366 días, 8784 horas...etc, lo típico que se dice. Pero aquí lo importante es, ¿qué ha pasado durante todo este año?
No creo que pudiese expresarse nunca un sentimiento tan grande, así que voy a contaros mas o menos cómo es esta historia; este principio de algo eterno.
Esta relación nunca fue la típica, ciertamente. Desde el principio todo fueron obstáculos. 5 años de diferencia, 600 km, problemas con personas...; eso fue solo el principio de una dura relación. Pero qué razón tenía Nietzsche cuando dijo eso de: Lo que no te mata te hace más fuerte.
Todo empezó un 1 de Agosto de 2011. ¿Por qué un 1 de Agosto? Fue el día en el que desde que abrí los ojos empecé a pensar en ella. Desde ese día no ha salido de mis pensamientos ni un solo segundo y, os puedo asegurar que han sido muchos. Fue solo un día después de conocernos. ¿Queréis pensar que estoy loco? Ese día, solo un dí después, me di cuenta de que ella formaría parte de mi vida para siempre, de que la quería (aun teniendo 5 años menos) y de que no la quería dejar escapar.
Todo el mundo me/nos tomaba por loco(s). Nadie le veía futuro a una relación sin ninguna base, sin la misma edad. Algunos me tacharon de inmaduro, de que iba a lo que iba, o simplemente de que creían que yo "tenía criterio". Yo les dije que el tiempo es sabio, y que lo dejasen correr.
Entre críticas y obstáculos empezó a fraguarse esta relación, no por ello sin ilusión. Todo lo contrario, nosotros nos crecimos ante las adversidades y desde el minuto 0 no dejamos de hablar, de preocuparnos por el otro y de soñar aun con la distancia física que había entre nosotros. Siempre he creído que la distancia no la hacen los kilómetros, sino las personas y, creedme, es una de las frases más ciertas que podréis oír nunca.
El 5 de Septiembre, solo un mes después, comenzó a hacerse realidad lo que llevábamos soñando despiertos muchos días; ella y yo nos vimos por primera vez. Y en ese mes todo había cambiado; no pensaba en ella, sino que ella era mis pensamientos; no la quería, la amaba; Uno de las primeras semanas de conocernos le dije que cambiaría mi vida por ella. Más adelante veréis que uno siempre cumple sus promesas.
Desde septiembre, sobre todo, he sido el chico más feliz de este planeta. He de decir que no ha sido fácil. Ha habido momentos de flaqueo, meses muy duros, personas y circunstancias que han querido derribar el muro que protegía nuestro amor; pero nosotros nos hemos encargado de seguir poniendo ladrillos y mallas de titanio. No ha habido un solo día que haya dudado sobre si la quería o no. Es más, cada día que ha pasado he estado más seguro de que quería que ella fuese la persona con la que quiero compartir mi vida.
Cuando te enamoras te das cuenta de que no importa absolutamente nada. Oidme bien; NADA. Ni la edad, ni la situación económica, ni los kilómetros, ni los gustos.. Me gustaría que esta lección llegase a todo aquello que, desgraciadamente, dijeron que por culpa de eso no llegaríamos a nada, ni a dos meses. Sinceramente solo les diré que cuando se enamoren, me entenderán.
Un año después, aquí estamos; más fuertes que nunca. En dos meses me iré de Sevilla para estar más cerca de ella, empezando a cumplir la promesa que le hice al principio, y eso solo será el principio de todo lo que sería capaz de hacer por ella.
Un año después han callado muchas bocas, hemos demostrado que somos dos luchadores y que con esfuerzo todo puede conseguirse.
Me has enseñado que Madrid brilla mejor con tu sonrisa, que se respira mejor de tu mano, que todo pequeño lugar es especial contigo y me has dejado unos recuerdos increíbles. Pero sigues siendo TÚ mi rincón favorito de Madrid.
Pero bueno, yo solo escribía esto para dar las gracias. Para empezar a ti, Andrea Romero Gómez, por enseñarme a ser mejor persona. Gracias por enseñarme a querer, a que se puede amar, a que yo, como muchos, también sé cuidar a alguien. Gracias por enseñarme que la dulzura puede curar los mayores estragos y los peores días. Gracias, sobre todo, por cuidarme en los malos momentos, y hacerme sonreír. Gracias por tener esa paciencia que solo tú tienes cuando todo iba mal y, por ser la protagonista de los recuerdos y momentos más preciosos de mi vida.
Otra de las personas que sin ella, esto no habría sido posible. Miguel; eres el mejor amigo que se puede tener. Sabes que si no me hubieses animado esa noche, quizás Andrea y yo no nos hubiésemos conocido. Solo por eso te debo mi amistad y cariño incondicional. Pero no solo con eso, te has querido convertir en mi mejor amigo, con tu apoyo, escuchándome, aconsejándome y estando ahí siempre en todo momento. Te quiero.
Gracias también, en contraposición a los que no creían en nosotros, a los que siempre han creído en lo nuestro, nos han apoyado y nos han dado sus muestras de admiración y afecto. No habéis sido pocos y no voy a dar nombres, pero los que habéis sido, lo sabéis. Muchísimas gracias. Habéis sido también de gran ayuda y nos hace muchísima ilusión.
We can truly say, together we're invincible. ♥